Por Carlos Uhart M.

Los hongos que contienen psilocibina -también conocidos como «hongos mágicos»- son probablemente la variedad de setas psicoactivas más conocida y de mayor influencia en el imaginario colectivo actual, incluso por sobre la Amanita Muscaria.

Los compuestos psicodélicos a los que pertenece la psilocibina comprenden un grupo específico de sustancias psicoactivas que proceden de diversas familias, naturales y sintéticas, que tienen la capacidad de inducir «estados alterados de consciencia».

La conciencia se define, en términos generales, como el conocimiento que una persona tiene de sí misma, de sus actos y de su entorno.

El propio término «psicodélico» deriva de las raíces latinas «psyche» (mente) y «delos» (manifestar), por lo tanto, hace referencia a la capacidad de estos compuestos de «manifestar la mente», actuando sobre los procesos cerebrales subyacentes a la consciencia.

¿Qué es la psilocibina?

La psilocibina, también conocida como 4-PO-DMT o 4-fosforiloxi-N,N-dimetiltriptamina, es un alcaloide perteneciente a la categoría de los triptamínicos, un compuesto psicodélico natural que ha sido identificado en más de 200 especies de hongos basidiomicetos.

La triptaminas son alcaloides monoamina que se encuentran en plantas, hongos y animales que contienen en su estructura un anillo indólico, relacionados químicamente con el aminoácido triptófano, del cual deriva su nombre​.

Los hongos más potentes que contienen psilocibina son aquellos miembros del género Psilocybe, como P. azurescens, P. semilanceata y P. cyanescens, aunque también se ha aislado psilocibina de una docena de otros géneros.

La mayor parte de las especies identificadas se han encontrado en bosques húmedos subtropicales, siendo México el país en donde se han identificado la mayor cantidad de estas variedades de hongos psicoactivos.

Características de los hongos con psilocibina

La mayoría de las especies de hongos que contienen psilocibina adquiere manchas azuladas cuando son manipulados o magullados​ debido a la oxidación de los compuestos fenólicos, pero esta reacción, sin embargo, no es un método infalible para su identificación.

Si bien se han encontrado hongos psicoactivos tanto desde Alaska como hasta el sur de Chile, Australia y Nueva Zelanda, Hawái, Europa, Siberia, Japón y el Sureste asiático, el conocimiento preciso acerca de su distribución geográfica aún está en desarrollo.

Otras sustancias químicas comúnmente presentes en algunas especies de hongos con psilocibina incluyen cantidades menores de baeocistina -un derivado desmetilado de la psilocibina- y norbaeocistina -a su vez un derivado desmetilado de la baeocistina-, aunque no está claro en qué medida contribuyen a los efectos psicoactivos generales.

Los alcaloides (de álcali, «carbonatos de alcalinos» y -oide, «parecido a» o «en forma de») son una clase de compuestos orgánicos que contienen al menos un átomo de nitrógeno. Se trata de metabolitos secundarios que son producidos por una gran variedad de organismos que incluyen bacterias, hongos, plantas y animales con una amplia gama de aplicaciones farmacológicas (quinina, efedrina, morfina), psicotrópicas (psilocina), estimulantes (cocaína, cafeína) y tóxicas (atropina).

Contenido de psilocibina en los hongos mágicos

El contenido de psilocibina en los hongos mágicos suele ser muy variable, desde 0,1% hasta aproximadamente un 1,5% del peso seco del hongo, dependiendo de la especie, su entorno de crecimiento y su tamaño.

En general, variedades habituales como Psilocybe cubensis y Psilocybe semilanceata contienen alrededor de 6-10 mg de psilocibina por cada 1 gramo de hongos secos.

Variedades de potencias intermedias, como los Panaeolus cyanescens, conocidos también como Copelandia cyanescens pueden contener hasta un 0,85% de psilocibina.

Las variedades más fuertes como los Psilocybe bohemica y Psilocybe azurescens concentran entre de un 1,74% y un 1,78%, respectivamente.

¿Cómo se distribuye la psilocibina en los hongos?

Las esporas de los hongos pscilocybe no contienen psilocibina, mientras que el sombrero del hongo es la parte que tiende a poseer la mayor cantidad de compuestos psicoactivos, incluso por sobre el tallo.

Los hongos más pequeños y jóvenes poseen una concentración más alta de alcaloides y  también un sabor más suave que aquellos más grandes y maduros.​

El micelio maduro sólo contiene trazas de psilocibina, mientras que el micelio joven no contiene cantidades mínimas apreciables.

La potencia total puede variar de forma importante entre especies y aún entre individuos de la misma especie en el mismo sustrato.

¿Qué pasa cuando consumimos hongos con psilocibina?

A medida que se convierte en psilocina, la psilocibina se ve afectada rápidamente por el metabolismo presistémico, el cual reduce considerablemente su concentración antes de llegar al sistema circulatorio.

El metabolismo presistémico es un fenómeno por el que la concentración de un fármaco -específicamente cuando se administra por vía oral- se reduce considerablemente antes de llegar al torrente sanguíneo, absorbido generalmente por el hígado y las paredes intestinales.

La porción de psilocibina que es afectada por el efecto presistémico es posteriormente eliminada por medio de la orina a través de un mecanismo bioquímico que la une con ácido glucurónico.

Según estudios realizados con animales, alrededor del 50% de la psilocibina ingerida se absorbe a través del estómago y el intestino, la cual es excretada hasta en un 65% por la orina y entre un 15 a 20% por la bilis y las heces, siendo detectable hasta 7 días después de su consumo.

¿Cómo actúa la psilocibina en el cerebro?

La psilocibina es considerada un precursor estable (profármaco) de la psilocina (4-HO-DMT), que es el alcaloide psicoactivo finalmente responsable de los efectos psicodélicos de consumir hongos mágicos.

Ambas, la psilocibina y la psilocina, son reconocidas como triptaminas psicodélicas ya que poseen estructuras moleculares muy similares a la serotonina (5-hidroxitriptamina), un neurotransmisor que a su vez es sintetizado a partir del aminoácido triptófano.

Psilocibina, Psilocina y Serotonina

Una vez ingerida, la psilocibina es rápidamente metabolizada en psilocina a partir de una reacción de desfosforilación, una metabolización que tiene lugar en el sistema digestivo y el hígado bajo condiciones fuertemente ácidas mediante la acción de unas enzimas denominadas fosfatasas alcalinas.

Luego, una vez la psilocina llega nuestro cerebro a través del torrente sanguíneo actúa como agonista de los receptores de serotonina 5-HTA, específicamente los receptores excitatorios 5-HT1A y 5HT2A.

La serotonina es un neuromodulador fundamental en la regulación de funciones fisiológicas y conductas humanas como los estados de ánimo, la imaginación, el aprendizaje y la percepción sensorial.

Por otra parte, debido a esta actividad serotoninérgica, la psilocibina también modula indirectamente los receptores de glutamato, el neurotransmisor excitatorio más importante y abundante del cerebro, aunque no se ha demostrado que posea una afinidad específica con ellos.

¿Cuál es la función de la serotonina en el cerebro?

La serotonina participa activamente en la regulación de la conducta social, en patrones de alimentación, sueño, ritmo cardiaco, regula nuestra atención, ansiedad, conducta sexual y se encarga de generar patrones motores rítmicos como masticar, caminar o respirar.

Corteza cerebral

Una gran parte de los receptores de serotonina influenciados por la psilocina se encuentran en células de la corteza cerebral, la capa externa que cubre por completo la superficie de los dos hemisferios cerebrales.

La corteza cerebral a su vez se encarga de una gran variedad de funciones en áreas sensitivas, motoras y de asociación, entre ellas la percepción e interpretación de la información que llega a través de nuestros sentidos, así como la visualización y activación de nuestras funciones motoras.

También cumple un papel importante en las funciones cognitivas superiores como la toma de decisiones, la motivación, la atención, el aprendizaje, la memoria, la capacidad de resolver problemas y el pensamiento conceptual.

La hipótesis de la Red Neuronal por Defecto (DMN)

Investigaciones recientes han planteado la hipótesis de que la psilocina actúa sobre las zonas del cerebro conocidas como Red Neuronal por Defecto (DMN, por sus siglas en inglés).

La DMN podrían definirse como un conjunto de grandes autopistas de información neuronal que interconectan nuestro nuestro cerebro y que actúan como centros de acumulación de datos mientras desarrollamos nuestra vida cotidiana, recopilando información en segundo plano de todo lo que hacemos.

DMN resonancia magnética

La Red Neuronal por Defecto es también la encargada de permitir que seamos capaces de realizar «viajes mentales en el tiempo», es decir, la capacidad de tener recuerdos y pensar en el futuro.

Por último, algunas investigaciones comienzan a establecer que la Red Neuronal por Defecto es en definitiva el hogar de nuestras individualidades, la zona del cerebro que alberga nuestro sentido del «yo», la idea que tenemos de nosotros mismos.

En resumen, el efecto de todos estos procesos provoca un aumento de la entropía general del cerebro hasta llevarlo a un punto de «criticidad» que lo libera de la rigidez y las restricciones de una estructura de pensamiento pre-establecida, una de las principales razones del porqué las terapias psicodélicas han logrado demostrar tener efectos profundamente positivos, por ejemplo en pacientes con trastorno por estrés postraumático.

¿Cómo actúa la psilocina en la Red Neuronal por Defecto (DMN)?

La psilocina desactiva temporalmente uno o más de los «concentradores» de la DMN, provocando en ellos un bloqueo temporal que le impide al cerebro comunicarse por las rutas pre-establecidas, tal como lo hace habitualmente, forzándolo a desarrollar nuevas vías alternativas.

Esto significa que el cerebro comienza a vincularse con partes de sí mismo con las que normalmente no se comunica, creando para ello nuevas células y conexiones neuronales (neurogénesis), las cuales incluso pueden permanecer activas una vez que los efectos psicodélicos han desaparecido (neuroplasticidad).

Ahora bien, es necesario decir que la comprensión de cómo la psilocina actúa exactamente en nuestro cerebro aún es incompleta, tal como incluso el funcionamiento mismo del cerebro, por lo que la investigación científica continúa desarrollándose profusamente.

Para finalizar podemos decir que la psilocibina ha demostrado poseer una baja toxicidad y no ha sido documentada una dosis letal debida a la ingestión de esta substancia.

¿Cuáles son los efectos psicodélicos de consumir hongos con psilocibina?

Consumir hongos con psilocibina puede provocar profundos cambios en nuestra conciencia, estados de ánimo, percepciones y experiencias sensoriales.

Estos efectos son los que clásicamente se consideran como un «viaje» psicodélico y comienzan a ser evidentes entre 30 a 40 minutos después de consumirlos, pudiendo llegar a durar entre 2 y 6 horas, con una intensidad que está directamente relacionada con la dosis y la concentración de psilocibina en las setas.

Un efecto muy común es que la mente pareciera volverse más «abierta» a nuevas interpretaciones sobre nuestro entorno y nosotros mismos, con experiencias sensoriales que pueden llegar a ser muy vividas e intensas.

La mente es el conjunto de capacidades cerebrales cognitivas que agrupan procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria o la imaginación.​

Esto significa que las cosas que disfrutamos habitualmente como el arte, la naturaleza o la música pueden adquirir un significado mucho más profundo bajo los efectos de la psilocibina.

Esto también implica que un estímulo sensorial que es normal en un contexto de «sobriedad» puede volverse abrumador bajo los efectos psicodélicos, como estar en lugares públicos por ejemplo, en donde la gran cantidad de información del ambiente puede llegar a abrumar nuestra mente y nuestros sentidos.

El entorno físico óptimo para una experiencia de hongos con psilocibina es un lugar cómodo y familiar, donde la cantidad de información sensorial pueda controlarse adecuadamente, consejos que puedes revisar en detalle en este artículo.

Uno de los efectos clave de la experiencia de consumir hongos mágicos incluyen el desarrollar emociones mucho más conectadas con el entorno, reflexiones sobre tu carácter, identidad y existencia, incluyendo experiencias sinestésicas y lo que se ha llegado a conocer como la «disolución del ego».

La sinestesia es una variación de la percepción humana en la que estímulos propios de un sentido determinado activan también otros sentidos no involucrados, como por ejemplo oír colores, ver sonidos o sentir texturas en las palabras.

Con los ojos cerrados pueden desarrollarse imágenes que van desde patrones fractales y formas de colores fluorescentes, sinestesia auditiva, secuencias de ensueños o visualización de recuerdos profundos.

Las experiencias con los ojos abiertos pueden incluir alucinaciones sobre el entorno, patrones de colores vibrantes, superficies que parecen ondularse o vegetación que palpita como si respirara ante tus ojos.

​En dosis más altas de psilocibina, los objetos y los entornos pueden llegar a difuminarse y adoptar formas diferentes o incluso producir visión en blanco y negro.

Las alucinaciones son percepciones que no se corresponden a ningún estímulo físico externo. En ese sentido es distinta de la ilusión, que es una percepción distorsionada de un estímulo externo que si existe.

En dosis muy altas, los usuarios pueden llegar a experimentar lo que se ha llegado a conocer como muerte del ego, caracterizada por un profundo sentimiento de unidad con el entorno, la cual sería provocada por la desconexión parcial de nuestra «Red Neuronal por Defecto», encargada de albergar la «idea» de quienes somos y por qué estamos vivos, provocando experiencias místicas como las que pueden ocasionar ciertas prácticas espirituales o religiosas.

​Referencias históricas del consumo de hongos con psilocibina

Los hongos psilocibes han sido utilizados por diversas culturas a través de la historia, particularmente por los pueblos aztecas mesoamericanos en épocas precolombinas y posteriormente entre algunos pueblos mexicanos posteriores como los mazatecos, mixitecas y zapotecos.

Se han encontrado vasijas en forma de hongo asociadas a los períodos pre-clásico y clásico de los Mayas en México, Guatemala, Honduras y El Salvador que datan de entre 500 a. C. y 900 d. C.

En el idioma de los aztecas, el náhuatl, los hongos con psilocibina eran conocidos como «teonanácatl» que podría traducirse como «carne de los dioses».

Los primeros reportes documentados acerca del uso de hongos provienen de un indígena llamado Tezozómoc, que 1598 escribió en español acerca del uso de «hongos embriagantes» durante la celebración de la coronación de Moctezuma II en 1502.

Existen representaciones de hongos en el arte mexicano que logró sobrevivir a la colonización como el Codex Vindobonensis mixteca, el Codex Magliabechiano y los famosos frescos de Tepantitla, en la ciudad de Teotihuacan.

Reportes de los colonizadores españoles como el de fray Bernardino de Sahagún, llamado «Historia General de las Cosas de Nueva España», describían el uso de los hongos en celebraciones recreativas, ceremonias religiosas, médicas y adivinatorias.

Ya iniciado el siglo XVII, los españoles consideraron que el uso de hongos psicoactivos era contrario a la moral cristiana y en 1620 el Tribunal de la Inquisición declaró herético su uso, así como el de cualquier otra planta embriagante, reprimiendo con dureza a curanderos y cualquiera que lo ingiriera.

Fue así como el uso tradicional de los hongos psilocibes pasó a la clandestinidad y el secretismo durante casi 300 años.

Bibliografía

  1. Hongos psilocibes: información básica
  2. Potencial terapéutico de los alucinógenos en las cefaleas
  3. Psilocybin – Wikipedia, the free encyclopedia
  4. Psilocybin (Magic Mushrooms) – www.drugscience.org.uk
  5. Psychedelic Drug Psilocybin Tamps Down Brain’s Ego Center
  6. Schultes: el etnobotánico ante la carne de los dioses
  7. Default Mode Network – An Overview
  8. Drogas de abuso emergentes. ¿Son emergentes? Proyección terapéutica

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