Por Shayla Love

Cualquier persona con cáncer de colon en etapa cuatro sufre ansiedad, pero durante los primeros años después de su diagnóstico en 2016, Thomas Hartle consideraba que lo estaba sobrellevando bastante bien.

En parte, esto se debía a que sus tomografías sugerían que el cáncer no estaba progresando tan rápido. Pero en 2019, cuando una colonoscopia detectó tumores en el intestino grueso que las exploraciones no habían detectado y una cirugía de seguimiento encontró docenas más. Su relativa calma se evaporó.

Hartle, que tiene 56 años y vive en Saskatoon, Canadá, señala:

Descubrir que la mejor herramienta de diagnóstico no estaba dando resultados fue desconcertante para mí.

Sentía que la muerte se acercaba a él por todos lados.

En noviembre de 2019, su suegra murió repentinamente. Su suegro, que también tenía cáncer, murió al mes siguiente. La primavera siguiente murió su padre y luego su sobrina, de cáncer suprarrenal.

Era una sensación inminente de quién será el siguiente.

Durante días, Hartle se sentaba solo y abrumado en una habitación a oscuras. Otras veces su ansiedad era tan aplastante que necesitaba que alguien lo acompañara en todo momento.

Tal vez uno de mis intestinos se fuera a romper y tenía que tener a alguien cerca de mí. En ambos casos, no estaba presente para lo que estaba sucediendo en mi vida.

Su encuentro con la psilocibina

Tiempo después, se encontró con un estudio publicado en 2016 por la Universidad Johns Hopkins sobre pacientes con cáncer que tomaban psilocibina, el ingrediente activo de los hongos mágicos.

Según el estudio, el 80% de quienes recibieron una dosis alta de psilocibina se sintieron menos ansiosos y deprimidos ante su enfermedad

Hartle entonces se puso en contacto con TheraPsil, una organización sin fines de lucro que ayuda a personas enfermas en Canadá a recibir permiso legal para tomar psilocibina.

Fue en 2020 que Hartle tuvo su primera sesión de psilocibina con el fundador de TheraPsil, el psicólogo Bruce Tobin.

Sintió que desaparecía, tuvo una experiencia tan cercana a la muerte como la que se puede tener estando vivo, sañala él mismo. Cuando terminó, en lugar de tener miedo del resultado inevitable de su enfermedad, sintió alivio.

Me dio una idea de cómo podría ser la vida después de la muerte. En lugar de la idea de que las luces se apagan y la fiesta termina, fue como una transición de un estado a otro. Eso fue realmente reconfortante.

¿Cómo ayuda la psilocibina?

Se están realizando estudios más amplios para ver si la psilocibina podría ser una herramienta que pueda ser utilizada regularmente en cuidados paliativos, para facilitar el proceso de morir.

Pero los investigadores aún se preguntan cómo exactamente ayuda la psilocibina a las personas a enfrentar su muert. ¿Tiene que ver con la sensación de que hay algo más después de la vida?

Un mecanismo incierto

En muchos sentidos, el renacimiento de la investigación sobre psicodélicos nació de los estudios sobre pacientes con cáncer terminal realizados en la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Nueva York (NYU).

El escritor Michael Pollan cubrió uno de esos estudios en The New Yorker y su libro posterior, ¿Cómo Cambiar tu Mente?, se disparó en la listas de los más vendidos y reintrodujo en la cultura popular la idea de los psicodélicos como tratamientos médicos.

Las sustancias psicodélicas, como la psilocibina, son actualmente objeto de una intensa investigación científica por sus beneficios en el tratamiento de la depresión, el trastorno de estrés postraumático y la adicción.

En pacientes con cáncer, como en los estudios que Hartle encontró, se ha demostrado que la psilocibina reduce la angustia existencial.

La pregunta sigue siendo el cómo

Chris Letheby, filósofo de la Universidad de Australia Occidental, lleva años reflexionando en cómo los psicodélicos, como la psilocibina, permiten aumentar el bienestar de las personas.

En su libro de 2020, Filosofía de la Psicodelía, propuso que lo que hacen las sustancias psicodélicas es cambiar la “autorrepresentación” de las personas.

El cerebro tiene este modelo del yo, que en algunas condiciones, puede volverse disfuncional.

Cuando las personas toman drogas psicodélicas, muchas de ellas informan de experiencias místicas que son inefables, que disuelven el ego o tiene un carácter espiritual.

Letheby había sugerido que estas experiencias permitían a una persona alterar su autopercepción, ya que llegaban a verse a sí mismos, por ejemplo, como dignos del amor de los demás, capaces de dejar las adicciones y superar los traumas del pasado.

Esto coincidía con estudios que mostraban que tener percepciones psicológicas sobre uno mismo o un avance emocional durante una experiencia psicodélica podía predecir buenos resultados.

Pero esta explicación no encajaba del todo cuando se trataba de la ansiedad al final de la vida.

No está claro exactamente cómo puedes superar tu miedo a la muerte simplemente cambiando la forma en que te ves a ti mismo.

Luego se enteró de una investigación de Sam Moreton, profesor asociado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Wollongong en Australia, que descubrió que no es la introspección psicológica sino la experiencia mística en sí misma la que se asocia mejor con las reducciones en el miedo a la muerte.

En un artículo reciente, Letheby cambió de opinión y ahora cree que los psicodélicos podrían funcionar de manera única en las personas que enfrentan la muerte.

Al final de la vida, los psicodélicos no ayudan alterando la auto-representación, sino que modificando creencias fundamentales, en algunos casos imbuyendo a las personas de creencias espirituales.

Los filósofos llaman a esto «cambio de creencias metafísicas» y puede abarcar ideas sobre la la vida después de la muerte, los espíritus, la conciencia o la naturaleza del universo.

Esto coincide con los informes de los ensayos clínicos, como en un estudio cualitativo basado en entrevistas con los participantes del estudio de la Universidad de Nueva York, en donde la mitad de los participantes dijeron que habían ido a un lugar que existía en el momento de la muerte o después de ella.

Te ayuda a aceptar la muerte porque no te sientes solo. No sientes que vas a, no sé, a desaparecer en la nada.

Una mujer describió que sentía molestias en donde estaba ubicado el tumor.

Sentí que ese era mi cordón umbilical con el universo y que ese era el lugar donde algún día me quitarían la vida y que yo la entregaría voluntariamente cuando llegara mi momento y eso fue algo muy profundo. Fue realmente reconfortante. Reafirmó mi creencia de que todos somos arte de algo mayor y que con la muerte todo vuelve a la normalidad.

Legalidad

La psilocibina es una droga ilegal de la lista 1 y la única forma de que los pacientes de cuidados paliativos puedan acceder a ella en Estados Unidos es a través de ensayos de investigación.

En Canadá Hartle pudo obtener lo que se denomina una exención de clase que es válida por un año y se extiende luego a los destinatarios fuera de los ensayos formales.

Durante su primera experiencia, Hartle escuchó música con los ojos vendados.

Thomas como entidad dejó de existir por completo. No podía recordar que tenía una familia y mucho menos sus nombres o rostros. Simplemente existía en este otro estado.

Como lo describe, con cada canción veía un universo diferente, un mundo musical, su conciencia incrustada dentro de ese universo.

Me mostró cómo mi conciencia podía existir de una manera que aún tenía continuidad, pero no tenía nada que ver con la vida material.

Durante el año en que recibió la aprobación para la terapia, Hartle tomó psilocibina dos veces más.

Después de que su exención expiró, participó en el programa Roots to Thrive, una organización canadiense sin fines de lucro que ofrece programas psicodélicos grupales e individuales para personas que enfrentan diagnósticos de enfermedades terminales, a través de lagunas legales similares.

Pam Kryskow, médica y cofundadora de Roots to Thrive, señala que, según su experiencia, la gente acude al programa con distintas esperanzas.

Algunas quieren perdonarse a sí mismas como padres o afrontar el dolor de no poder seguir haciendo lo que amaban. Algunas necesitan ayuda para lidiar con el miedo, el dolor de su enfermedad y hay otros que quieren abordar traumas pasados ​​para poder estar presentes con sus familias en sus últimos meses o años de vida.

Se están llevando a cabo varios estudios sobre la psilocibina en cuidados paliativos, incluidos nuevos ensayos en el Instituto de Cáncer Dana-Farber y la Universidad de California en Los Ángeles.

Stephen Ross, profesor asociado de psiquiatría en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York que ayuda a supervisar la investigación de la universidad sobre medicina psicodélica, cuenta con una subvención del Instituto Nacional del Cáncer para comenzar un estudio más amplio sobre la psicoterapia asistida por psilocibina en personas con cáncer avanzado.

Además, está iniciando otro estudio sobre pacientes con cáncer en etapa temprana, con un enfoque en mujeres que viven con el miedo a la recurrencia del cáncer de mama.

Ross fue coautor del estudio de pacientes con cáncer de la Universidad de Nueva York y señala que fue algo transformador para él.

Arrojó luz sobre una parte de la medicina que no recibe mucha atención, lo que se puede hacer por las personas que no se pueden curar. Cuando estaba en formación médica, nunca aprendí cómo ayudar a un paciente a tener una buena muerte.

Después de su primer viaje, la esposa de Hartle, sus dos hijos, su familia y sus amigos notaron inmediatamente que algo había cambiado, sus síntomas de ansiedad habían disminuido y participaba más en actividades cotidianas, como preparar la cena y jugar con sus hijos.

Antes no estaba seguro de cómo podría existir una vida después de la muerte, en un sentido físico. Ahora siento que este cuerpo, esta vida entera que experimentamos aquí, es solo una pequeña parte de nuestra experiencia real. La idea de que la vida termina parece un poco tonta.

La ética del cambio de creencias

Si no hay vida después de la muerte ¿Es ético que un médico fomente esas creencias en una persona moribunda?

La pregunta está en el centro de la «objeción del delirio reconfortante», una preocupación sobre las implicaciones de los tratamientos que podrían introducir creencias falsas para ser efectivos.

Letheby, que se describe a sí mismo como materialista, cree que si los psicodélicos ayudan a las personas con problemas existenciales al cambiar sus creencias, los médicos deberían comunicárselo a los pacientes.

Puede que resulte que ese sacrificio valga la pena. Lo que quiero decir es que es un sacrificio y no deberíamos fingir que no lo es. Adquirir creencias falsas o perder creencias verdaderas sobre la realidad no debería ser algo que simplemente nos haga sentir optimistas o que simplemente ignoremos ciegamente.

Es importante destacar que un cambio en las creencias metafísicas puede no ser siempre reconfortante.

Si una persona sale de una experiencia psicodélica con una comprensión radicalmente diferente del universo que contradice sus creencias anteriores, eso puede ser perturbador y desestabilizador.

En el estudio reciente de Moreton, descubrieron que algunas personas, alrededor del 17%, aumentaron su miedo a la muerte a partir de una experiencia psicoélica.

En las encuestas que hemos realizado, hemos visto a personas que han informado de un aumento de la ansiedad ante la muerte.

Ahora están realizando un estudio de seguimiento sobre por qué las personas temen más a la muerte o por qué tienen problemas para integrar su experiencia en sus vidas.

Hartle, ante la pregunta de qué piensa sobre la posibilidad de que su experiencia fuera una «ilusión reconfortante» simplemente se rie.

Si alguien me da una pastilla de azúcar y mi cáncer mejora, no me importa. Sinceramente, siento lo mismo al respecto. Si esto me da lo que creo que es una visión de la otra vida y eso me da consuelo, reduce mi ansiedad, me permite vivir el ahora con mi familia y disfrutar del tiempo que me queda, no me importa de donde proviene. No creo que importe.

En total, ha tenido siete experiencias con dosis altas de hongos y todas han desarrollado características similares en donde la música lo transporta y ya no es parte de su cuerpo ni de sí mismo.

Señala que los efectos fueron profundos, pero que tienden a desaparecer, por lo que volvía para revivirlo.

El final va a llegar. Pero ya no estoy obsesionado con la parte de la muerte, estoy más obsesionado con la parte que es experimentar lo que me queda de vida.

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