Por Alissa Jubelirer

Cuando pienso en el tiempo que he pasado dirigiendo Dynamic Jack Cannabis Co. en Nuevo México, siempre me viene a la mente la letra de una de mis canciones favoritas de uno de mis músicos favoritos, Chris Martin de Coldplay:

Nobody said it was easy. No one ever said it would be this hard. Oh, take it back to the start.

Comencé mi carrera en el mundo del cannabis como Consejera General de un operador multiestatal privado en Illinois en 2019.

Bebí de la manguera contra incendios durante dos años y medio (que en el cannabis es toda una vida); absorbí todo lo que pude sobre la industria y sus complejidades; cree una gran red a nivel nacional y pensé que sabía lo suficiente como para salir y comenzar por mi cuenta una empresa de cannabis.

Incluso con todo ese conocimiento acumulado cometí errores en el camino que podría haber evitado si hubiera sabido entonces, algunas de las cosas que compendo ahora.

Entonces, “regresemos al principio”. Estas son algunas duras verdades que he aprendido en esta etapa del camino:

1. Infórmate de todos los aspectos de tu negocio antes de comenzar

Si bien me sentía relativamente cómoda con los temas legales, regulatorios y estratégicos de un negocio en la industria del cannabis, estaba mucho menos familiarizada con la producción y el cultivo.

¿Qué tipo de cosas desearía haber sabido?

  • Cómo leer un certificado de autenticidad (COA).
  • Por qué es importante el nivel de pH en el suelo.
  • Por qué las autoflorecientes son quisquillosas.
  • Cómo funciona un sistema de ósmosis inversa (RO) comercial.
  • Qué función cumplen los nutrientes y cómo decidir cuáles utilizar.
  • Semillas vs clones.
  • Ciclos de las plantas.
  • Ciclos de luz.
  • Viento.
  • Lluvia.
  • Moho.
  • Trasplantes.
  • Ácaros y arañas.
  • Cómo y por qué las plantas femeninas se vuelven masculinas.
  • Prerrolados.
  • Etiquetado de paquetes.
  • Sistemas de venta de semillas.

2. Si tienes lagunas de conocimiento, asegúrate que tus socios puedan llenarlas

Aquí es donde se vuelve complicado porque la mayoría no conocen todos los aspectos de un negocio, de cualquiera.

Mi consejo: busca un experto. Encuentra a alguien en quien confíes, que sea experto en el tema y pídele que te ayude a evaluar el conocimiento y la experiencia de tu posible socio.

Luego, asegúrate de escuchar atentamente sus comentarios y haz todas las preguntas que consideres necesarias.

Debes estar lo más seguro posible de que tu socio pueda hacer lo que dice que puede hacer.

3. No sigas tu instinto cuando se trata de tu equipo

Enfócate en los hechos, no los descartes ni los racionalices. Una de las cosas hermosas del cannabis es el amor común que la mayoría de nosotros compartimos por esta planta, pero no dejes que eso nuble tu juicio.

Necesitas conocer la carga con la que vienen tus compañeros de equipo y luego decidir si proceder.

Esto podría significar verificar de antecedentes y referencias, simplemente un poco de diligencia debida.

Obviamente, muchas personas que trabajan en el cannabis han sido víctimas de la guerra contra las drogas y como resultado, tienen antecedentes penales.

Pero este no es el problema en realidad; el problema es entender si tus compañeros de equipo saben lo que están haciendo, si trabajarán duro, si son buenos comunicándose, si serán buenos embajadores de la marca y lo que es más importante, si pueden llevarse bien contigo y con el resto del equipo.

4. Tendrás que financiar/respaldar la empresa durante al menos un año

Si eres un pequeño empresario del cannabis en desarrollo, simplemente no hay forma de recaudar dinero en este momento que no sea proveniente de amigos y familiares.

En mi opinión, al poner tu negocio en marcha, cada socio debe aportar dinero desde el principio y al menos anualmente hasta que la empresa sea financieramente estable.

Incluso con esa base financiera, habrá momentos en los que te quedarás sin humo, esperando y esperando -quien dijo que la esperanza no es una estrategia nunca ha trabajado con cannabis- que llegue el dinero.

Durante esos períodos habrá facturas mensuales y otros gastos que deberán pagarse para continuar operando y mantener relaciones saludables con los proveedores.

Si no hay nadie en tu equipo que pueda cubrir las facturas y retener esos gastos hasta que puedan ser reembolsados, cuando sea posible, las facturas hundirán al negocio como arena movediza.

5. Tener limitaciones de capital es algo real y aterrador

No estoy segura de haber entendido realmente lo que significaba tener «limitaciones de capital» hasta que dirigí un negocio de cannabis.

En otras industrias y especialmente en una empresa que es propiedad y es operada por mujeres, serias elegible para postular a capital en forma de préstamos para pequeñas empresas a bajo interés, líneas de crédito e incluso subvenciones.

Pero en el cannabis estas oportunidades no existen y las que existen vienen con tasas de interés exorbitantes, garantías personales y requisitos que deben ser atendidos de inmediato, sin reducciones.

Entonces, la cuestión del dinero se convierte en una fuente constante de estrés y una distracción de las necesidades operativas y el crecimiento del negocio.

Mantener a raya ese miedo y esa distracción es clave para la supervivencia.

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6. Nadie dijo que sería fácil

Sabía que iniciar y administrar una empresa de cannabis sería un desafío, pero honestamente no sabía que sería tan difícil.

Sin embargo, si el conocimiento es poder, los consejos anteriores serán útiles para cualquiera que esté considerando iniciar un negocio en la industria del cannabis.

Es un camino lleno de baches, pero si se maneja bien desde el principio, estas duras verdades que he compartido no necesariamente tienen que convertirse en duras lecciones.

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