La conciencia es la lente a través de la cual percibimos e interpretamos el mundo, englobando nuestros pensamientos, emociones, experiencias y recuerdos, definiendo cómo es ser única y exclusivamente tú.

Sin embargo, dentro del ámbito de la conciencia ordinaria yacen territorios inexplorados y estados alternativos que pueden alterar profundamente nuestra percepción y comprensión de la realidad.

Viaje al inconsciente

Incluso en la rutina mundana de la vida, muchas veces sin darnos cuenta transitamos por diferentes estados de conciencia.

Desde los momentos antes de que el sueño nos atrape hasta los paisajes vívidos de los sueños, la serena relajación o la profunda concentración en una actividad, todas estas transiciones representan cambios en nuestra conciencia.

Sin embargo, algunos buscan activamente estados no ordinarios de conciencia, adentrándose en reinos más allá de lo ordinario.

Ya sea a través de la meditación, la respiración consciente, la oración o actividades que inducen estados de flujo, muchas personas buscan explorar la conciencia no ordinaria con la ayuda de sustancias como los psicodélicos, ampliando los límites de la percepción.

El atractivo de los estados no ordinarios de conciencia

¿Por qué alguien se aventuraría a alterar su percepción de la realidad?

Para algunos, es simplemente por el placer de la exploración o la emoción de la curiosidad.

Cada vez más, las personas se sienten atraídas por estas experiencias debido al potencial de transformación personal que proporcionan.

Y en este sentido la investigación científica respalda la idea de que los estados no ordinarios pueden ser poderosos catalizadores de cambios profundos dentro de uno mismo.

Enfoque en estados psicodélicos

Los psicodélicos, conocidos por su capacidad para inducir estados no ordinarios de conciencia de manera confiable e intensa, representan oportunidades únicas para una profunda introspección.

Cuando se abordan con cuidado y se llevan a cabo de manera segura, estas experiencias pueden conllevar beneficios emocionales y cognitivos duraderos.

Entendiendo la conciencia humana

En su núcleo, la conciencia es el estado de estar despierto y ser consciente de nuestro entorno y pensamientos internos.

Engloba nuestro sentido del tiempo, emociones, pensamientos y recuerdos.

Es la distinción entre el «yo» y los pensamientos mismos, una delimitación del yo respecto al mundo externo.

La conciencia es multifacética, con aspectos sensoriales que abarcan experiencias físicas y emocionales, y aspectos narrativos que dan forma a la personalidad, las experiencias pasadas y nuestro sentido de propósito.

En contraste los estados no ordinarios involucran percepciones, emociones y pensamientos temporalmente «alterados».

Alteran los límites normales de tiempo, entorno y yo, ofreciendo una experiencia que a menudo difiere de la realidad consensuada.

Características de los estados no ordinarios de conciencia

Si bien los estados no ordinarios son altamente subjetivos, surgen características comunes en ellos.

La disolución del ego, la flexibilidad mental, la apertura, la mejora creativa y las experiencias místicas son las más habituales, aunque pueden variar en intensidad y forma.

1. Disolución del ego

Una de las características más significativas de un estado no ordinario de conciencia es la disolución del ego.

Esto implica que la sensación de «yo» se desplaza temporalmente y los límites físicos y conceptuales normales se relajan.

La disolución del ego puede incluir la disminución de pensamientos relacionados con uno mismo, así como la pérdida sensorial de la conciencia corporal y la ubicación espacial.

También puede llevarnos a perder el hilo de nuestro yo «narrativo».

Cuando el ego se disuelve, experimentamos una sensación de interconexión con el mundo.

2. Flexibilidad mental

Otra característica común de los estados no ordinarios es la flexibilidad mental.

Esto es resultado de la neuroplasticidad, o la capacidad del cerebro para reconfigurarse y crear nuevos patrones de pensamiento, salir de rutinas mentales y estimular nuevos hábitos.

Los psicodélicos aumentan temporalmente la flexibilidad cerebral, permitiendo la formación de nuevas vías de pensamiento.

3. Aumento de la apertura

Los estados no ordinarios de conciencia también aumentan la apertura mental.

Las personas con una mayor apertura están más dispuestas a explorar nuevas ideas, disfrutar probando cosas nuevas y son más curiosas, creativas e imaginativas.

El aumento de la apertura mental se correlaciona directamente con una mayor capacidad bienestar personal.

4. Mejora en la resolución creativa de problemas

Otra característica común de los estados no ordinarios es la mejora en la resolución creativa de problemas.

Esto podría deberse al aumento de la interconexión en tu cerebro y el acceso a ideas normalmente atrapadas en nuestras mentes inconscientes, así como a una mayor disposición para considerarlas como posibles.

Sin embargo, también puede llevar a una menor inhibición, un enfoque general disminuido e incluso pensamientos sin sentido.

5. Experiencias místicas

Las personas a menudo informan experiencias místicas durante estados no ordinarios de conciencia, caracterizadas por una sensación de unidad, un sentido de sacralidad y trascendencia del espacio y el tiempo.

Algunas de estas experiencias pueden incluir:

  1. Experiencias fuera del cuerpo, donde se ve el mundo desde una perspectiva mas allá del cuerpo físico.
  2. Experiencias de muerte o renacimiento, donde se revive el nacimiento o se contempla la muerte en tercera persona.
  3. Experiencias arquetípicas, donde el ego se encuentra, se acerca y se identifica con una o más figuras visionarias.

Cuando esto se combina con una mentalidad y un entorno de apoyo, los psicodélicos tienen la capacidad de inducir de manera confiable este tipo de experiencias místicas, que han demostrado tener un significado profundo y duradero.

Beneficios y desafíos de los estados no ordinarios de conciencia

Como se puede observar, los estados no ordinarios de conciencia tienen características amplias y variadas, ninguna experiencia es igual a otra.

Sin embargo, más allá de los límites de la conciencia ordinaria, puede haber beneficios y desafíos.

En el lado positivo, existe el potencial de expandir la creatividad, la inspiración y el crecimiento.

Algunas personas incluso refieren experimentar una «conciencia cósmica», una fuerte conexión entre humanos, animales y plantas, una visión expansiva y amorosa del universo y el yo.

A veces, también se experimenta una alegría abrumadora y asombro.

Algunas de estas experiencias positivas de hecho son tan profundas que resulta difícil describirlas con palabras.

Al mismo tiempo, perder las barandas de la conciencia ordinaria puede ser disruptivo o incluso aterrador.

Los estados no ordinarios de conciencia pueden inducir imágenes perturbadoras, una sensación de desplazamiento en el tiempo, emociones intensas, percepciones de locura y la reviviscencia de traumas personales.

Es importante señalar que, aunque una incursión en un estado no ordinario de conciencia puede ser difícil, no necesariamente significa que sea negativa.

Resultados muy positivos a menudo se derivan de enfrentar experiencias difíciles.

Afrontar y procesar experiencias difíciles puede ser excepcionalmente terapéutico, aunque puede requerir un trabajo y apoyo significativos.

Ya sea una experiencia positiva o desafiante, el potencial de los estados no ordinarios radica en su capacidad única para «agitar la bola de nieve» de nuestro cerebro.

Para crear un entorno mental tan diferente de lo ordinario que es posible transformar nuestro pensamiento, nuestras emociones y nuestros comportamientos, de maneras que de otra manera serían mucho más difíciles, o incluso imposibles, de lograr.

Conclusiones

Explorar estados no ordinarios de conciencia ofrece una ventana fascinante a las profundidades de la mente humana.

Estos estados, ya sea inducidos por psicodélicos o alcanzados a través de prácticas como la meditación, pueden abrir nuevas posibilidades de percepción y comprensión.

Es crucial abordar estos estados con respeto y consideración, reconociendo tanto sus beneficios potenciales como sus desafíos inherentes.

La disolución del ego, la flexibilidad mental, la apertura, la mejora en la resolución creativa de problemas y las experiencias místicas son facetas intrigantes de estos estados, pero también pueden presentar riesgos, especialmente cuando no se abordan con cuidado.

En última instancia, los estados no ordinarios de conciencia ofrecen una oportunidad única para explorar los límites de nuestra percepción y comprensión del yo y el mundo que nos rodea.

Al abrazar estas experiencias con una mente abierta y con las precauciones adecuadas, podemos desbloquear un potencial transformador para el crecimiento personal y la expansión de nuestra comprensión de la conciencia humana.

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