Por Emma Stone
A medida que aumenta la investigación sobre el cannabis, la complejidad química y el potencial de la planta son cada vez más evidentes.
En la cúspide de 2020, un grupo de investigadores italianos anunció el descubrimiento de dos nuevos cannabinoides en la marihuana, el THCP (tetrahidrocannabiforol) y el CBDP (cannabidiforol).
Si los nombres resultan familiares al THC y CBD, es porque son similares tanto en estructura como en función.
En la actualidad se han detectado casi 150 fitocannabinoides en la planta de cannabis, aunque pocos se han aislado y estudiado.
Si bien esto se ha debido en parte a razones legales (el cannabis sigue siendo ilegal a nivel federal en USA, lo que dificulta la investigación) también se debe a que la mayoría de las cepas de cannabis son dominantes en THC o CBD, lo que hace que el aislamiento y el estudio de cannabinoides menores sea aun un desafío por delante.
Sin embargo, esto está cambiando. La espectrometría de vanguardia, que se utiliza para identificar compuestos desconocidos en el cannabis y las técnicas analíticas avanzadas permiten identificar mucho mejor los nuevos compuestos.
El grupo de investigadores que publicó el estudio se ha esforzado en perfilar el cannabis y también ya había identificado otros dos cannabinoides, THCB y CBDB, el año pasado.
Aparte de la novedad de conocer mejor la planta y sus innumerables cannabinoides, identificar compuestos de cannabis previamente desconocidos también tiene inmensas implicaciones terapéuticas.
En este caso, todas las señales apuntan a que el THCP puede cambiar las reglas del juego. Entonces, ¿Qué tiene de especial este nuevo cannabinoide?
THCP: Tetrahidrocannabiforol
En la molécula de THCP recién descubierta, los investigadores encontraron que una cadena lateral crítica en la estructura de la molécula está alargada, con siete enlaces. En comparación, el THC normal tiene cinco enlaces.
Para proporcionar más contexto, todavía no se han detectado en el cannabis cannabinoides naturales con más de cinco eslabones en esta cadena lateral.
Se ha demostrado que la longitud de esta cadena lateral juega un papel vital en los efectos que ejerce el THC sobre los receptores CB1 del cuerpo.
Es necesario un mínimo de tres enlaces para unir el THC al receptor, con un pico de afinidad de unión en ocho enlaces antes de que comience a disminuir su actividad nuevamente.
¿Cuáles son las implicaciones de esta cadena lateral alargada? Resulta que la cadena lateral alargada del THCP parece tener una afinidad aún mayor por el receptor CB1 que el THC normal, lo que sugiere que puede hacer su magia de manera aún más potente.
Cuando los investigadores comprobaron la afinidad de unión del THCP contra los receptores CB1 y CB2 humanos, encontraron que el THCP era 33 veces más activo que el THC regular en el receptor CB1 y de 5 a 10 veces más activo que el THC regular en el receptor CB2.

CBDP: Cannabidiforol
El CBDP también tiene una cadena lateral más larga de siete enlaces, en lugar de cinco. Sin embargo, según los autores del estudio, aunque la investigación sobre la actividad antiinflamatoria, antioxidante y antiepiléptica del CBDP continuará, actualmente no es una prioridad.
¿Por qué? Debido a que ya se ha establecido que el CBD tiene una escasa afinidad de unión con los receptores CB1 y CB2 , es posible que sea poco probable que una cadena lateral más larga ayude al CBDP a unirse de manera más eficaz con los receptores del cuerpo.
Sin embargo, como señalan los investigadores, la ciencia puede deparar grandes sorpresas, y la investigación futura puede demostrar que el CBDP ha ocultado cualidades terapéuticas o de algún otro tipo que todavía desconocemos.
¿Cuáles son las implicaciones de estos hallazgos?
Una implicación crítica que enfatiza el estudio es que el THCP podría explicar por qué el cannabis puede provocar experiencias tan dispares entre los consumidores.
Como los investigadores se encargan de enfatizar, existe una asombrosa variabilidad en la respuesta de los sujetos a las terapias a base de cannabis, incluso con dosis iguales de THC.
Si bien siempre hemos pensado que los efectos psicotrópicos de la planta se deben principalmente al THC, de hecho, pueden ser atribuibles en parte al THCP u otros cannabinoides extremadamente potentes que aún no se han perfilado.
Profundizar en nuestro conocimiento de los efectos farmacológicos del THCP puede ayudarnos a evaluar mejor los efectos de los extractos de cannabis en las personas.
Otra implicación fascinante que sugiere el estudio es la necesidad de cultivar razas de cannabis que no sean dominantes en THC o CBD.
La investigación genética del cannabis ha progresado a pasos agigantados en los últimos años y las cepas que producen mayores cantidades de cannabinoides menores como CBDV, CBG y THCV están cada vez más disponibles.
Pronto, las variedades de cannabis ricas en otros cannabinoides menores, como el THCP, podrían seguir su ejemplo.
El cultivo de cepas ricas en estos cannabinoides menores facilita la producción del extracto de esos compuestos, lo que permite a los consumidores disfrutar de los beneficios del perfil farmacológico específico de cada compuesto.
En general, los autores del estudio afirman que llevar a cabo un perfil químico completo del cannabis es vital.
La identificación de cannabinoides menores y cannabinoides actualmente desconocidos puede ofrecer riquezas terapéuticas que tienen el potencial de transformar aún más la medicina. O no. Pero vale la pena averiguarlo.