Australia acaba de reclasificar la psilocibina y el MDMA desde la lista de sustancias prohibidas a la categoría de drogas controladas, entrando en vigor a partir del 1 de julio de 2023.

Según la nueva clasificación, la Administración de Productos Terapéuticos (Therapeutic Goods Administration, TGA) de Australia permitirá la prescripción de MDMA para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y de psilocibina para el tratamiento de depresiones resistentes al tratamiento.

Esto significa que todavía se considerarán sustancias prohibidas para todos los demás usos.

Australia reconoce de esta forma la actual falta de opciones para los pacientes con enfermedades mentales específicas, declarando que estas dos condiciones son las únicas para las que actualmente existe suficiente evidencia de beneficios potenciales.

¿Cómo funcionará la prescripción?

La prescripción se limitará a psiquiatras con calificaciones especializadas y experiencia para diagnosticar y tratar pacientes con enfermedades mentales graves, con terapias que aún no están bien establecidas.

Para convertirse en un prescriptor autorizado, los psiquiatras deben presentar una solicitud ante un comité de ética y ante el regulador de medicamentos de Australia, la Administración de Productos Terapéuticos (TGA).

Mike Musker, un investigador experto en salud mental y prevención del suicidio de la Universidad South Australia, dijo que la MDMA puede ayudar a tratar el estrés postraumático y que la psilocibina puede aliviar la depresión.

A pesar de esto, Musker no cree que haya un uso generalizado de estas drogas para tratar pacientes hasta 2024 y afirmó que el proceso no va a ser «tomarse una pastilla e irse».

Para la MDMA, el tratamiento probablemente consista en tres sesiones de ocho horas de duración cada una, en un plazo de entre cinco y ocho semanas. Esto implica que los terapeutas acompañen a los pacientes, con lo que cada sesión podría costar unos 1.000 dólares australianos (660 dólares).

«Mis ojos brillan de nuevo»

Marjane Beaugeois fue diagnosticada con depresión severa en 2017, no lograba comer, ni salir de su casa en Melbourne, Australia y los antidepresivos recetados la hacían sentir como un zombi, incapaz de llorar, calmarse o sentirse mejor.

En dos meses, perdí a mi madre, a mi abuela, a mi perro querido y también perdí mi relación romántica. Todavía me iba a la cama y </e iba a la cama y rezaba para no despertarme.

Buscó terapias alternativas y acabó consiguiendo una clínica de psilocibina en Ámsterdam, pero dudaba, ya que como consejera de adicciones, siempre había estado en contra.

Pero también estaba desesperada por escapar de su depresión resistente al tratamiento, por lo que decidió probar la terapia alternativa en 2018.

Tomaba la psilocibina en un té y los colores se volvieron más vívidos. Me sentí poderosamente reconectada con el mundo; un mundo cálido y borroso. Me emociono solo con hablar de eso… fue una enorme y hermosa experiencia de amor incondicional. Podía sonreír, sentir alegría, seguir con mi rutina diaria con claridad, cuando volví a casa, mis amigos dijeron que vieron que mis ojos brillaban de nuevo.

«Fui capaz de volver a pensar»

Cuando Glen Boyes le sugirió a su terapeuta que quería probar con microdosis de psicodélicos para tratar su depresión paralizante, el médico se mostró escéptico.

El veterano de 33 años cuenta que comenzó a experimentar un «trastorno de estrés postraumático persistente» tras trabajar en el ejército, durante los confinamientos por covid-19 en Sídney.

Me explicó que no era algo que él solía hacer, pero que no podía detenerme, Me dijo que me haría escáneres cerebrales para monitorear mi progreso.

Pero después de 10 semanas de microdosis y sesiones de terapia, las áreas rojas que mostraban bloqueos en sus escáneres cerebrales iniciales se habían aclarado.

Mi niebla cerebral se evaporó. Fui capaz de volver a pensar claramente.

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