Diez años después que el Parlamento uruguayo aprobara la norma que reguló la producción, venta y consumo de cannabis el 10 de diciembre de 2013, el país observa diferentes resultados de ese cambio que llamó la atención internacional.
Durante casi 10 años la politóloga uruguaya Rosario Queirolo ha estado estudiando el impacto de la legalización de la marihuana en su país, donde el Estado es un actor central.
Las asociaciones empresarias de cannabis de todo el continente se unieron para crear una red multinacional con el objetivo de fortalecer e impulsar el desarrollo de la industria, la armonización regulatoria y la creación de un mercado regional.
Uruguay espera en el mediano plazo producir una nueva variedad de marihuana para uso no médico con mayor porcentaje de THC, así como aumentar la producción para responder a la creciente demanda por un cannabis más fuerte.